Revista Ecos de Asia

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This article was written on 01 Abr 2015, and is filled under Varia.

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Entrevista a Ryukichi Terao, hispanista y traductor.

Ryukichi Terao (Nagoya, Japón, 1971) es un hispanista y traductor japonés. Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Tokio (2005), ha trabajado como investigador visitante en el Colegio de México (1997-98), y como profesor visitante de la Universidad de los Andes de Colombia (2001-2002) y en la Universidad de Los Andes de Mérida (Venezuela, 2002-2004). Actualmente, desarrolla desde 2006 la labor de profesor titular de la Universidad Ferris de Yokohama (Japón). Autor de varios ensayos sobre teoría literaria en diversas publicaciones, destacan sus libros Literaturas al margen (2003) y La novelística de la violencia en América Latina: entre ficción y testimonio (2005).

Asimismo, ha traducido la obra de autores japoneses al español (como Junichiro Tanizaki, Kenzaburô Ôe, Kobo Abe o Ryûnosuke Akutagawa) y de escritores españoles y latinoamericanos al japonés (tales como Guillermo Cabrera Infante, Juan Gelman, Juan Carlos Onetti, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Horacio Castellanos Mora, Jorge Edwards, Antonio Gamoneda, Sergio Ramírez, Ernesto Sabato, Juan José Saer o José Donoso). Recientemente, se han publicado dos de sus traducciones al castellano: Encuentros secretos, de Kôbô Abe (2014, con Gregory Zambrano), y Muerte por agua, de Kenzaburô Ôe (2014).

Ryukichi Terao, en la presentación del libro "Encuentros secretos", a principios de 2015.

Ryukichi Terao, en la presentación del libro Encuentros secretos, a principios de 2015.

Siendo Ecos de Asia una revista dedicada a las manifestaciones e intercambios culturales entre Oriente y Occidente, no podíamos perder ocasión de entrevistarle.

Ecos de Asia: Las conexiones entre el japonés y el español crecen cada día pero, señor Terao ¿cómo empezó usted a interesarse por la lengua española?

R. Terao: Fue por un error, porque escogí español, sin conciencia alguna, en el momento de ingresar a la universidad. En la administración me dijeron que tenía que llevar cinco horas semanales de español obligatoriamente durante los dos primeros años. No había más alternativa que estudiarlo, y parece que me fue bien.

Ecos de Asia: Usted ha sido docente, investigador y traductor, trabajando en diversos países de Latinoamérica. Cuando aprendió la lengua española, ¿aprendió el español de España o el de alguna zona de Latinoamérica? En el caso que aprendiera el de España, ¿cómo llegó a habituarse a la pronunciación tan diferente del continente americano? En el caso de aprender el español de Latinoamérica, ¿el de qué zona aprendió y por qué motivos?, ¿le resultó fácil acercarse al de otras zonas, incluyendo al español de España?

R. Terao: Desde el segundo año de la carrera universitaria pertenecí al Departamento de Estudios Latinoamericanos y tuve cursos con profesores chilenos y mexicanos. Nunca aprendí español de España. He vivido en México, Colombia y Venezuela, y, según mi amigo Juancho Armas Marcelo hablo español yucateco, que resulta de la mezcla de los idiomas de esos tres países. No tuve dificultad para vivir en España, pero de vez en cuando me sorprenden expresiones, raras para mí, como cuando me preguntaron si pagaba con tarjeta de crédito o “en metálico”.

Encuentros secretos, de Kobo Abe, es una de las últimas obras traducidas al español por Terao.

Encuentros secretos, de Kobo Abe, es una de las últimas obras traducidas al español por Terao.

Ecos de Asia: En cuanto a la presencia del idioma castellano en Japón, más allá de su experiencia personal, ¿qué tipo de español es el que se aprende más habitualmente, el de España o el de Latinoamérica?

R. Terao: Hay mucha gente que no sabe siquiera que se habla español en América Latina. Sea en academias privadas o en las universidades el que predomina es el español de España. En la actualidad, la presencia del Instituto Cervantes tiene mucho peso y desde luego divulga principalmente el español de España, aunque también invita a muchos latinoamericanos.

Ecos de Asia: Sus estudios universitarios se localizan en el campo de las Humanidades, pero posteriormente ha destacado usted por su labor en el ámbito de la traducción. ¿Qué le llevó, desde el estudio de la lengua y la literatura, al ejercicio de la traducción?

R. Terao: Quizá fue otro error de mi vida, porque empecé a traducir por casualidad. Quise escribir la tesis de doctorado en español y, para mejorar mi escritura, se me ocurrió traducir algunos cuentos de Tanizaki, autor que le encanta a mi amigo Ednodio Quintero, venezolano experto en literatura japonesa. Le mostré cuentos traducidos a Ednodio, que me felicitó por su calidad, animándome a seguir

Encuentros secretos, de Kobo Abe, es una de las últimas obras traducidas al español por Terao.

Encuentros secretos, de Kobo Abe, es una de las últimas obras traducidas al español por Terao.

traduciendo más. Dos años después, publiqué mi primer libro de traducción, Historia de la mujer convertida en mono, colección de siete cuentos de Tanizaki.

Ecos de Asia: Cuando usted u otros especialistas traducen obras hispanoamericanas, ¿lo hacen al japonés estándar o al de una zona o un registro determinado, para poder resaltar las diferencias lingüísticas y fonéticas que existen entre el español de España y el de Latinoamérica?

R. Terao: En general acudo al japonés estándar, pero a veces saco provecho de expresiones dialectales.

Ecos de Asia: No se ha enfrentado usted a autores particularmente fáciles, no solo de traducir sino incluso de leer. ¿Qué cree usted que es lo principal que se pierde a la hora de realizar estas traducciones?

R. Terao: Lo superficial siempre se pierde con las traducciones, pero lo más importante consiste en trasmitir lo esencial. Si uno se preocupa por la pérdida de lo superficial, nunca podrá traducir, por ejemplo, Tres tristes tigres, obra que más me costó traducir hasta ahora pero que más placer me dio. Mientras se mantiene fiel al espíritu del texto, puede enriquecerlo mediante la traducción suficiente como para compensar la pérdida. A cambio de un palíndromo que sale en Tres Tristes Tigres, “Amor a Roma” (imposible de traducir literalmente), se me ocurrió poner uno japonés que logré inventar al cabo de largas reflexiones: “Me gustaría ser homosexual también en Italia”. Estoy seguro de que Cabrera Infante se hubiera muerto de risa.

Ecos de Asia: Algunos autores latinoamericanos que usted ha traducido son famosos por utilizar recursos de la lengua poco ortodoxos pero fácilmente comprensibles para un lector hispanohablante. Se nos viene a la mente La tía Julia y el escribidor, de Vargas Llosa, que se vale de un neologismo “innecesario”. ¿Qué se hace en este caso al traducir? ¿Se adapta una palabra para producir un efecto parecido o se elimina la licencia? También es habitual en muchos escritores el llamar a sus personajes con nombres que implican ciertos significados, ¿se adaptan o traducen estos de alguna manera, o se dejan tal cual?

R. Terao: Depende. No sabré responder de manera general. A decir verdad, esos aspectos técnicos nunca me han generado grandes problemas. Siempre hay maneras de solucionar, creo.

Ecos de Asia: Adentrándonos ya en el mundo de la literatura, nos gustaría conocer su opinión acerca del panorama literario japonés que llega hasta Occidente. La selección de obras que llega hasta nuestras librerías, ¿a qué criterios cree usted que atiende?

R. Terao: No sé quién está a cargo de la selección, pero como suele suceder en otras áreas culturales, es una mezcla de joyas y piedras. Prefiero no mencionar nombres concretos, pero se han traducido autores poco conocidos en Japón y obras francamente malas. Es inevitable porque muy pocos españoles tienen acceso directo a la literatura japonesa. No conozco ningún español que lea literatura en japonés de manera constante.

Ecos de Asia: Actualmente parece que en Occidente podemos acceder con mayor facilidad a obras japonesas gracias a traducciones o a la labor de distintas editoriales pero ¿a qué cree que puede deberse este nuevo interés por la literatura japonesa?

R. Terao: Mucho se debe al éxito de Haruki Murakami, que se ha vendido muy bien en todo Occidente. Me parece bien que empiecen a conocer nuestra literatura, aunque no se debe pensar que toda literatura japonesa gira en torno a Murakami.

Ecos de Asia: Sobre estas obras japonesas que consiguen llegar hasta las librerías de España y Latinoamérica, ¿qué opina?, ¿considera que ponen de relieve la “esencia” de la literatura japonesa o más bien se prefieren obras más “comerciales” (más asequibles o amenas para el público occidental)?

R. Terao: Parece que últimamente se ha dado más importancia a obras comerciales que a obras representativas de la literatura japonesa, aunque sí se han publicado obras de varios autores destacados. La editorial Siruela está rescatando a Tanizaki y la Eterna Cadencia, de Argentina, está alistando una maravillosa colección de Kobo Abe con bastante éxito comercial. El mayor problema consiste en que en la literatura japonesa contemporánea no hay figura que esté a la altura de esos clásicos como Tanizaki, Abe, Mishima, Ôe, Kawabata…

Ecos de Asia: El camino de vuelta resulta igualmente interesante, ¿qué opina usted de la literatura hispana (de España y Latinoamérica) que llega hasta Japón?, ¿qué autores son los más reconocidos y por qué cree que es así?

R. Terao: El que vende más es García Márquez, quien ha sido elogiado por escritores como Abe y Yasutaka Tsutsui. Cien años de soledad ya es una lectura casi obligatoria entre los aficionados de la literatura. Otra figura importante es José Donoso. El obsceno pájaro de la noche ya se ha convertido en mito en Japón, y Casa de campo, que traduje el año pasado, ha tenido un éxito inesperado (lleva medio año de publicado y están a punto de hacer el tercer tiraje). Por algo Japón ha producido autores como Abe, y los lectores japoneses, al igual que los argentinos, estamos preparados para apreciar obras extravagantes.

Ecos de Asia: De entre la lista de títulos que usted ha traducido, emergen con fuerza aquellas obras pertenecientes a la corriente del Realismo Mágico, tanto de autores latinoamericanos como japoneses. ¿Qué semejanzas y diferencias cree usted que se puede establecer entre el Realismo Mágico japonés y el hispanoamericano?

R. Terao: No sé si se puede hablar de realismo mágico como tal en la literatura japonesa, pero para mí el mayor mérito de autores como García Márquez, Donoso, Abe y un poco Mishima consiste en crear un mundo ficticio, autónomo e independiente, regido por sus propias leyes. Abe siempre ha destacado la importancia de crear a través de la ficción un “mundo hipotético” que logra relativizar el mundo real donde vivimos, porque así se revela lo que no se puede ver de otra manera. Esto lo logran muy pocos autores, con muy pocas obras.

Ecos de Asia: En cuanto a sus investigaciones, escribió usted un libro sobre la narrativa de la violencia en la literatura iberoamericana. Este concepto aparece intrínsecamente vinculado a la cultura y la historia de Latinoamérica pero, ¿existe un fenómeno comparable en la literatura japonesa?

R. Terao: No creo. El campo literario de Japón está tan maduro que no se deja influir fácilmente por fenómenos sociales o acontecimientos históricos. Desde luego aparece el tema de la violencia en muchas novelas, pero su procesamiento tiene muy poco que ver con el de autores latinoamericanos.

Ecos de Asia: Ya para finalizar, la investigación académica y la traducción de novelas son dos formas de aproximarse a la literatura desde el exterior pero, ¿tiene pensado escribir o publicar obra propia de ficción? ¿si es así, qué idioma considera que sería el más apropiado para plasmar el “universo Terao”? 

R. Terao: De momento me conformo con escribir en otro idioma lo que ya está escrito. Después de haber “escrito” Tres tristes tigres y Casa de campo en japonés y Encuentros secretos y Muerte por agua en español, prefiero no dejar escrito algo que ni llegue a los pies de los grandes maestros.

Muchas gracias por sus palabras, señor Terao.

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