Revista Ecos de Asia

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This article was written on 03 Sep 2021, and is filled under Cultura Visual, Historia y Pensamiento.

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Kijimunaa, el yôkai del Paraíso Japonés

Los espíritus sobrenaturales conocidos de manera colectiva bajo el nombre de yôkai son muy populares entre los aficionados a la cultura japonesa, y en Ecos de Asia hemos abordado su estudio desde muy diferentes perspectivas: cómo ha evolucionado su representación, sus apariciones en mangas y anime concretos e incluso su relación con lo femenino. Aunque existen diferencias regionales, la prefectura de Iwate por ejemplo está especialmente vinculada con estos seres gracias a la compilación de leyendas de finales del periodo Meiji (1868-1912) titulada Tôno Monogatari, en general suelen relacionarse con Japón en su conjunto. Okinawa, sin embargo, constituye un caso aparte, en historia, en textiles y, por supuesto, también en lo relativo a su folklore.

Kijimunaa es el nombre que se da al yôkai más popular de la isla principal de Okinawa y del resto de pequeños islotes que forman parte de la prefectura, aunque dependiendo de la zona también se les conoce como seema, bunagaya, boojimayaa y una veintena más de variedades regionales. Sobre su origen existen muchas teorías: que eran los habitantes primigenios de la isla de Aguni, que son los espíritus de niños fallecidos , como creen los habitantes de las islas de Izena y Miyako, mientras que en los alrededores de Itoman y del pueblo de Nakagusu se dice que son las almas de los ahogados. Suelen estar asociados a los árboles, aunque en Iheya, Zamami y las zonas colindantes moran en las cuevas de las playas y en Miyako habitan los cementerios. Centrándonos en la versión más común, se les relaciona con los kajumaru, árboles nativos de Okinawa con apodos tan pintorescos como “el árbol de la abundante felicidad” (takô no ki) y “el árbol del estrangulamiento” (shimegoroshi no ki), un vegetal con la capacidad de “caminar”: los kajumaru dejan caer desde sus ramas gruesos ramos de lianas que al tocar el suelo echan raíces y se endurecen hasta formar troncos, permitiendo al árbol “desplazarse”. Esta característica es la que da pie a su segundo alias, mientras que el primero se debe a los propios kijmunaa, que se creen que pueden bendecir tu hogar si cuidas adecuadamente este árbol, siendo una planta de maceta habitual en las casas okinawenses.

Kajumaru de unos quinientos años del Valle de Gangala [fotos de la autora].

Pasando a la apariencia y personalidad de este “espíritu de los árboles”, varían ligeramente dependiendo de la fuente que se consulte, siendo una de las versiones más extendidas la divulgada por el profesor Togashi Mamoru, profesor graduado de la Universidad de Kobe quien, mientras trabajaba en la Universidad de Ryûkyû en Okinawa, formó parte del Club de Investigaciones de Leyendas de Ryûkyû (Ryû-dai minzoku kenkyû kurabu), quedándose en la isla tras su jubilación. Explica que tiene la apariencia de un niño pequeño con rasgos simiescos y cara y pelo de intenso color rojo, vive en los agujeros de árboles centenarios, le gusta comer peces (especialmente los ojos), detesta los pulpos y suele caminar por las montañas y el mar sujetando una antorcha, lo que se conoce como fuego de kijimunaa (kijimunaa-hi). En cuanto a su comportamiento, es gentil con las personas que son amables con él y le dan comida, pero es rápido en vengarse con los que queman los árboles que considera su hogar. Por supuesto, existen otras versiones. Así, en Aguni carece de pelo y en Kumeji tiene un plato en la cabeza como los kappa de la isla de Honshû. Otras versiones indican que no viven dentro de los árboles sino encima y que en las noches con luna es recomendable pescar junto a un kijimunaa porque atrae a los peces, llegándosele a asociar también el poder de teletransportarse hasta China. Además, aparte de los pulpos, se dice que también odian los pájaros.

Distintas representaciones de kijimunaa, incluida Yû-tan, uno de los personajes mascotas de la isla (derecha).

En las zonas centrales y sur del archipiélago este yôkai no tiene sexo, pero sí lo tiene según la isla principal y se habla de que es mujer cuando aprovecha que los hombres están dormidos para robarles el dinero y de que es hombre cuando tapa la boca de mujeres con grandes pechos mientras duermen. Hay incluso partes del archipiélago donde se dice que los kijimunaa son capaces de hacerse adultos, casarse y tener hijos, e incluso llegar a hacerse pasar por personas. Así lo cuenta la leyenda Hôfukugata, donde se habla de que un pescador se percató de que su mujer desaparecía todas las tardes y, tras seguirla, vio que se metía en un árbol. Dándose cuenta de que era un espíritu, decidió quemar el árbol para vengarse por haberle engañado lo que la obligó a huir hacia el mar. Poco después, estando con su barco atracado en el puerto de Maki, el pescador comentó el incidente a unos compañeros, pero había un kijimunaa mezclado entre ellos quien, al ver que la destrucción del árbol no había sido por causa natural, prendió fuego al bote del marinero.

Kijimunaa de distintos sexos (izquierda) y matrimonio de kijimunaa (derecha).

Si bien no son tan famosos como otros compañeros yôkai tales como los tengu o los yôko, los kijimunaa también cuentan con un pequeño número de apariciones en la cultura popular nipona, donde se muestran indistintamente como hombre, mujer o de aspecto andrógino según la conveniencia de la historia. Una de las primeras representaciones es en la película de animación Utsu no Miko – Tenjô-hen estrenada en junio de 1986, adaptación de la serie de novelas ligeras de fantasía histórica de Fujikawa Keisuke titulada Utsu no Miko ambientadas en los periodos Asuka (552-645) y Nara (710-794). La protagonista se encontrará con un pequeño kijimunaa durante su parada en el Reino de Ryûkyû, acompañándole en el resto de su viaje. Como no podía ser de otra manera, también es parte del elenco de monstruos de la popular serie GeGeGe no Kitarô de Mizuki Shigeru, en parte responsable de la popularidad que gozan estos seres entre la juventud japonesa en la actualidad y padre de muchas de sus representaciones modernas. En concreto, el episodio sesenta y tres emitido en 1997 se titula “Mensoore! Yôkai Hoteru”, lo que ya sitúa la acción en esta isla paradisíaca, ya que mensoore significa “bienvenido” en dialecto okinawense; es curioso cómo la versión del maestro Mizuki se aleja de la descrita hasta ahora, optando por imaginarlos como bolas de pelo, una forma que, sin embargo, veremos repetida junto a la del niño pelirrojo. Además, esta versión de los kijimunaa, como muchas otras de sus creaciones, cuenta con una estatua en el pueblo natal de Mizuki, la ciudad de Sakaiminato (pref. Tottori). No podía faltar tampoco este pequeño monstruo en un clásico como Doraemon, donde aparece brevemente en el especial de verano “Okinawa ga Butai Kijimunaa”, con el aspecto clásico de infante de cabellos rojos.

Aunque no aparece directamente, el kijimunaa cumple un papel importante en la película Kappa no Coo to Natsuyasumi, estrenada en 2007 y ganadora del premio a la Mejor Película de Animación de los Mainichi Film Awards en 2008. Como su nombre indica, el filme sigue a un pequeño kappa que, tras ser descubierto por un niño de primaria, intenta adaptarse a la vida entre las personas sin conseguirlo; la película acaba cuando va a visitar a un kijimunaa para que le enseñe cómo cambiar su apariencia para hacerse pasar por un humano con la esperanza de poder reunirse de nuevo en algún momento con el joven Uehara y su familia. También podemos verlo en Suticchi!, el spin-off japonés de la franquicia de Disney Lilo & Stitch en forma de serie animada emitida por TV Tokyo entre 2009 y 2010, concretamente en el tercer episodio, titulado adecuadamente “Kijimunaa, el yôkai más fuerte del bosque” (Mori no saikyô yôkai kijimunaa). Haitai Nanafa es un anime en formato corto de veintiséis episodios estrenado en Okinawa en 2012 y luego emitido en la televisión nacional a partir del año siguiente donde dos kijimunaa, Niina y Raana, adquieren forma humana después de que se rompa el sello del árbol kajumaru en el que vivían. Entre 2012 y 2017 se emitiría el anime Furusato Saisei – Nihon no Mukashibanashi, que en sus más de trescientos episodios adapta diversas leyendas y cuentos populares japoneses, apareciendo el kijimunaa en el ciento treinta y dos en su faceta más amable, ayudando a un pueblo de pescadores. Su aparición más reciente es en Shiroi Suna no Aquatope, anime del reputado estudio P.A. Works estrenado en julio de 2021 que sigue a Fuuka Miyazawa quien, tras abandonar su carrera como idol, decide escapar a Okinawa, donde acabará involucrada en la lucha por evitar el cierre del decrépito Acuario Gama Gama. Como es habitual en las obras originales de este estudio, tales como Nagi no Asu kara (2014) o Irozuku Sekai no Ashita kara (2018), lo cotidiano y lo sobrenatural se entremezclan, por lo que aparece un kijimunaa como parte del nuevo grupo de amigos de la protagonista.

Kijimunaa en el anime: en Utsu no Miko (arriba izda.), en GeGeGe no Kitarô con la estatua (arriba dcha.), en Doraemon (centro izda.), con la piel de color rojo hablando con el kappa en Kappa no Coo to Natsuyasumi (centro), Raana y Niina de Haitai Nanafa (centro dcha.), con Stitch (abajo izda.), en Furusato Saisei (abajo centro) y en Shiroi Suna no Aquatope (abajo dcha.).

Los kijimunaa también aparecen habitualmente en los videojuegos nipones, especialmente en los de cartas, por lo que no suelen distribuirse fuera del archipiélago. Tenemos Shin – Megami Tensei TCG, juego de cartas de la famosa franquicia de Atlus producido entre 1997 y 2003 donde vuelve a tener esta apariencia de bola de pelo, o de hojas en este caso, que ya había introducido en su obra Mizuki Shigeru. Este aspecto volverá a repetirse en Onigiri, pronunciado como la comida pero escrito con los kanji de “cortar demonios”, un MMORPG que cuenta con una versión animada de trece episodios en 2016 donde el kijimunaa es la mascota del grupo de guerreras protagonista. En Genjû-hime, RPG para móviles estrenado en 2012 de GREE su apariencia se asemeja más a la de las hadas del folklore europeo que al exótico kijimunaa okinawense, aunque se respeta más su aspecto clásico en el videojuego de la misma compañía Bahamutto Bureibu. Por otra parte, su forma como niño pelirrojo aparece en el videojuego Ichi Banketsu, simulador para móviles desarrollado por DMM y Rejet en 2016 cuya descripción del personaje incluye bastantes datos, como que es oriundo de las Islas Ryûkyû, que habita en los árboles kajumaru y que le gusta comer los ojos de los peces, un detallismo que es de esperar de la compañía que también ha desarrollado la saga Tôken Ranbu.

Kijimunaa en los videojuegos: en Shin – Megami Tensei TCG (izquierda), en la versión animada de Onigiri (centro arriba), en Genjû-hime (centro abajo izda.) y en Bahamutto Burebu (centro abajo dcha.) y en Ichi Banketsu (dcha.).

En este artículo hemos introducido al kijimunaa, habitante de las paradisíacas islas de Okinawa. El estudio de los yôkai y otros seres sobrenaturales es un campo dentro de los estudios japoneses bien desarrollado, pero incluso dentro del archipiélago los temas relacionados con Okinawa suelen dejarse aparte, siendo considerados una rareza. Si bien es cierto que su vinculación con las islas principales ha variado dependiendo del momento de la historia en el que fijemos nuestra atención, los estudios sobre el antiguo Reino de Ryûkyû ofrecen interesantes puntos de conexión con la cultura más uniforme de Honshû y sus islas vecinas por lo que, en vez de aislarlas, consideramos mucho más enriquecedor incluir las islas de Okinawa en el estudio de cualquier área de la cultura japonesa incluido, por supuesto, el estudio de lo sobrenatural.

avatar Claudia Bonillo (77 Posts)

Graduada en Ingeniería Informática con mención en Computación (2016, Unizar), Diploma de Especialización en Estudios Japoneses (2017, Unizar) y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte (2018, Unizar), actualmente es doctoranda del área de Asia Oriental en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza especializada en la transmisión de la historia medieval japonesa, periodo Sengoku (1467/1477-1603), a través de la cultura popular nipona (videojuegos, manga y anime). En el año 2020 ganó la Beca del Gobierno Japonés (MEXT/ Monbukagakushô) para Graduados Españoles para poder hacer una estancia de investigación en la Universidad de Kioto.


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