Revista Ecos de Asia

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This article was written on 27 Sep 2018, and is filled under Historia y Pensamiento, Varia.

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Profundizamos en la exposición “Asia en el Museo Naval” (entrevista con su comisario)

Con motivo de la inauguración de la gran muestra “Asia en el Museo Naval”, en Ecos de Asia hemos tenido el placer de reencontrarnos con Ramón Vega,[1] viejo conocido de la revista (y ocasional colaborador), y comisario del que, sin duda, será uno de los platos fuertes de esta próxima temporada para todos los amantes del Arte, de la Historia y, sobre todo, de Asia. Abierta al público en el madrileño y poco visitado Museo Naval, la muestra estará disponible hasta el 20 de enero de 2019. Repleta de objetos singulares herederos de historias no menos llamativas (muchas de las cuales darían, sin duda, para entretenidísimos artículos), hablamos con su comisario sobre el origen y sentido de la muestra, así como sobre muchas de estas curiosidades.

EdA: ¡Muchas gracias, Ramón, por atendernos! Aunque cuenta con un título más que explicativo, ¿podrías explicarnos con un poco más de detalle sobre qué trata esta exposición? ¿Para qué tipo de público es recomendable?

RV: La exposición presenta una visión global de los fondos asiáticos del museo naval de Madrid. Cada sala se dedica a un diferente origen de las colecciones, empezando por la relación con Asia a través del mar, con materiales relacionados con Cristóbal Colón y el Galeón de Manila. Tras esto, la exposición se centra en los envíos de objetos destinados a ser exhibidos en el Museo Naval a partir de su fundación en 1843, especialmente desde el punto de vista científico. La tercera sala presenta una selección de diferentes materiales relacionados con acontecimientos históricos en Asia en los que la Armada española estaba implicada, especialmente a través de espionaje y diplomacia. Finalmente, la última sala presenta una heterogénea colección centrada en donaciones al museo de objetos a través de colecciones privadas de marinos. Se trata de una exposición abierta para todo tipo de público, con varios niveles de información en cada objeto. Para ello hemos empleado tres niveles de explicación, cada una más amplia que la anterior: bandas, paneles y cartelas. Asimismo, toda la exposición es bilingüe español-inglés.

Algunas imágenes de conjunto de la exposición.

 

 

EdA: ¿Es esta la primera muestra de este tipo? Sorprende que, a pesar de la fuerte presencia de objetos asiáticos en los museos militares y navales –tanto de España como de otros países- no abunden este tipo de exposiciones…

RV: Se trata de la primera exposición global de estas características. Previamente se realizó la exposición del Galeón de Manila, sobre todo basándose en los fondos del museo procedentes del pecio de la Nao San Diego. Hundido en 1600 en la defensa de Manila ante los holandeses, ha proporcionado centenares de piezas de toda clase que se conservan en el museo, especialmente cerámicas. Los museos militares y navales, al igual que las investigaciones a ellos ligadas, no suelen hacer hincapié en sus propias colecciones por la divergencia que entrañan en cuanto a sus propias colecciones (No queda claro). Es decir, hay que crear grupos interdisciplinares en los que, generalmente, no son los temas de estudio de los propios investigadores de la institución. Esto, unido a una carencia de datos con respecto a la procedencia de las piezas, impide dar impulsos más habituales a este tipo de colecciones. Por fortuna, en este caso, contamos con más de un año de documentación exhaustiva, encontrando gran cantidad de información tanto en los documentos de ingreso de piezas como en los artículos y libros escritos por los propios marinos.

EdA: Este año se conmemoran relaciones diplomáticas bilaterales entre España y varios países asiáticos, como China, Japón, Singapur y Tailandia… ¿De qué países son (o tienen relación con) los objetos que se muestran en la exposición?

RV: La variedad de piezas es inmensa. El museo cuenta con piezas vinculadas a todos los países costeros de Asia y algunos interiores, en total más de una docena de países. Algunos especialmente vinculados con la vida en el mar y las tradiciones marítimas, como es obvio.

EdA: ¿Qué tipo de exposición debemos esperar? ¿Encontraremos objetos artísticos o más bien de tipo cotidiano?

RV:  No es en absoluto una colección al uso. La particularidad esencial de la mayoría de la exposición es que se trata de objetos únicos, tanto por la rareza como por la trascendencia de los objetos en las relaciones entre España y Asia, en este caso, a través de la armada. Se trata de una exposición que plantea sobre todo la profundidad del interés de los marinos españoles hacia Asia, tanto desde el punto de vista cultural como científico. Hay una combinación de piezas artísticas con carácter científico con materiales culturales y objetos con mucha trascendencia histórica.

También se incluyen en la exposición muchos objetos relacionados con el sudeste asiático.

EdA: Las relaciones diplomáticas entre Siam y España preceden en varios siglos a las de nuestro país con otros lugares de Asia. ¿A qué se debe esto? ¿De qué periodos son las piezas que aparecen en la exposición? ¿Cuáles son las más antiguas y cuáles las más modernas?

RV: La relación entre España y Tailandia parte de finales del S.XVI. En aquel momento, España competía con Portugal y Holanda, grandes potencias extranjeras en Asia. Es por ello que muchos gobernantes locales querían ganarse su apoyo, especialmente por su superioridad naval y riqueza. Así que reinos como Camboya o Tailandia, al igual que diferentes facciones, competían por el apoyo puntual de España. Igualmente, España estaba muy interesada en el comercio local, aunque, en este caso, no consiguieron el comercio del marfil, en manos holandesas. La colección cuenta con materiales de Tailandia entre 1600 y 1882, cubriendo muchas facetas de su cultura. De hecho, el libro de Melchor Ordoñez de la exposición, donado al museo por su autor, fue una de las mayores compilaciones de materiales sobre Tailandia en España hasta bien entrado el siglo XX.

En cuanto a las piezas más antiguas de la exposición, estas son algunas cartas náuticas, además de las piezas del Galeón de San Diego (c.1600). Las más modernas son varias cartas, fotografías y postales de niñas japonesas a los soldados españoles, de 1938.

EdA: ¿Pertenecen todas las piezas al fondo del Museo Naval o también las hay procedentes de otros lugares? En España tenemos un buen número de piezas procedentes de China y Japón anteriores al establecimiento de las modernas relaciones diplomáticas, ¿aparecen este tipo de piezas en la muestra?

RV: Todas las piezas del catálogo pertenecen al propio Museo y a su archivo. La única excepción es una medalla de la Orden del Sol Naciente, prestada por la familia Navia Osorio. El caso de poder hacer esta exposición con fondos propios es un caso excepcional, ya que se trata de piezas de gran valor histórico y cultural, reflejo de la gran cantidad de fondos asiáticos en el museo y de su importancia. El museo cuenta con una amplia selección de materiales procedentes de China y Japón anteriores a los acuerdos diplomáticos con estos países. Esto se debe en parte a la petición de la reina Isabel II a todos los marinos de la armada de enviar al museo los objetos más importantes que pudieran obtener, con una intención plenamente universalista. En este caso la gran respuesta por parte de los marinos, especialmente los destinados en el Apostadero de Cavite, Filipinas, generó la creación de una sala dentro del museo dedicado a Asia: El “Gabinete chino” o “Gabinete chinesco”. El resultado fue una potente colección que incorporaba también algunas piezas procedentes de Japón, como una catana del S.XVII enviada por el Almirante Lobo y Malagamba, quien fue además el encargado de adquisiciones de libros para la armada. El museo incluso cuenta con documentación que confirma el contrabando de piezas japonesas durante el sakoku, haciendo constar el interés del mercado español por las lacas japonesas incluso cuando este tipo de comercio con españoles y portugueses estaba penado con la muerte, tanto para el comprador como para el vendedor.

EdA: Suponemos que muchas de las piezas de la exposición son el resultado de los intereses y acciones de personajes muy particulares ¿Qué tipo de personajes son los que coleccionaron objetos asiáticos y sobre Asia? ¿Cómo acabaron estos en el museo?

RV:  Dentro de la Armada, hemos encontrado un claro patrón en los donantes de piezas al museo. En general, la mayoría están destinados al apostadero de Cavite, en la bahía de Manila. Esa era la sede de la Armada en Asia y lugar de los astilleros de los Galeones de Manila. A esto se suma que muchos de estos curiosos marinos formaban parte de la Comisión Hidrográfica, encargada del estudio de las costas y las rutas navales. Estos científicos y exploradores contaban con un gran nivel de formación, además de su constante contacto con las poblaciones locales, lo que les convertía en una auténtica cabeza de lanza en las aportaciones españolas al estudio de Asia, algo que instituciones internacionales como la Sociedad Académica de la Indochina Francesa reconocieron a la institución. En cuanto a las colecciones privadas, el coleccionismo asiático dentro de la armada estaba generalizado entre todos los marinos destinados a Asia. Aún así, encontramos en las colecciones privadas interesantes variables. Mientras que la marinería solía adquirir materiales más baratos, los médicos se levantaban por la fotografía de tipos locales, los ingenieros por modelos, etc.

EdA: ¿Cuáles son, en tu opinión, las piezas más sorprendentes o inauditas de la exposición? ¿Y las más hermosas? ¿Hay alguna que tenga una historia particularmente interesante? ¿Se ven reflejadas estas historias dentro del discurso de la muestra expositiva?

RV:  Resulta difícil seleccionarlas. Algunas de ellas son literalmente únicas en el mundo, mientras que otras aportan a los propios orígenes de los países, como los mapas de Singapur como reino independiente, la documentación sobre contrabando de objetos artísticos con Japón en el S.XVIII o el primer vocabulario malayo-español. En el apartado estético, es imposible dejar pasar por alto el “barco floral” de la reina Isabel II, una inmensa pieza de marfil tallado y polícromo, que ya había pertenecido a Fernando VII. Otra pieza realmente interesante son las obras de Rafael Monleón, pintor restaurador del Museo Naval durante el último cuarto del S.XIX, quien realizó innumerables pinturas sobre todas las tipologías de embarcaciones asiáticas, combinando su visión de bellas vistas marinas con esquemas que permitieran la construcción de modelos a escala de los barcos. En el apartado de espionaje y la diplomacia, prácticamente todos los objetos cuentan con su propia historia. Desde mapas piratas en bugis-makassar obtenidos por sacerdotes agustinos y entregados a miembros de la armada, pasando por documentos secretos de la armada japonesa previos a la guerra ruso-japonesa o la mayor colección de objetos procedentes de la campaña de la Cochinchina, junto a un mapa de la fortaleza de Saigón, de dónde proceden. La mayoría de estas historias aparecen reflejadas en los paneles junto a las piezas. Por su parte, para aquellos que quieran saber más sobre los objetos, y no tanto sobre su contexto histórico, pueden recurrir a las cartelas.

EdA: ¿Hay alguna otra pieza que te hubiera gustado incluir, con un origen interesante, que se haya quedado fuera de la muestra?

RV: Ha quedado fuera gran cantidad de raíces talladas (根雕艺术 gēn diāo yì shù) y cerámicas funerarias, así como brújulas de feng shui (loupan). Exponer todo esto nos habría posibilitado reconstruir toda la galería china del museo, pero habría impedido que se exhibieran otras muchas piezas únicas, además de entorpecer la lectura y saturar al visitante. También había gran cantidad de piezas relacionadas con la piratería del mar de Sulu, o Joló, pero, igualmente, hemos limitado la presencia de Filipinas, Malasia e Indonesia por la inmensa cantidad de materiales relacionados.

Otro apartado que hemos dejado a un lado han sido muchos mapas náuticos manuscritos y diarios de a bordo, además de los libros empleados por los marinos para documentarse sobre Asia. También era especialmente interesante la gran cantidad de albúminas coloreadas japonesas, sobre todo teniendo en cuenta que había una buena colección de piezas del Barón Raymund Stillfried muy raras, de las que hemos hecho una selección de las menos habituales. Finalmente, nos hubiera gustado mucho poner la colección completa de pinturas de barcos españoles y puertos pintados por artistas chinos.

EdA: Podría decirse, por lo tanto, que muchas de las piezas tienen un interés más bien científico y documental que estrictamente artístico… ¿Qué papel tuvo la armada española dentro del desarrollo de las ciencias y la investigación en nuestro país?

RV: En términos generales, la armada fue indispensable en los campos de ingeniería, matemáticas, diplomacia y medicina. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones eran los únicos representantes del país y que se encontraban en muchos casos dependiendo de sus barcos para todo lo que necesitaran. Así que, sobre todo durante el S.XIX, los avances en estos campos eran constantes y en muchos casos se aplicaban directamente desde Asia. Ejemplo de ello en la exposición son el modelo del barco Lanao, construido en Hong-Kong, el primer diccionario de bolsillo japonés-español de Carlos Íñigo y Gorostiza o los mapas de Halcón de las Filipinas.

EdA: Suponemos que muchas otras piezas tendrán un origen militar o diplomático; seguramente, muchas de ellas pertenecieron a personajes célebres… ¿Quiénes fueron los propietarios de estas piezas? ¿Alguna se vio envuelta en algún episodio histórico relevantes? ¿Hay alguna historia de espionaje detrás de estas piezas?

RV: La exposición sirve asimismo para poner de relieve a los donantes de las piezas, grandes marinos españoles eclipsados por la extensa tradición naval en España. Personajes como Ruíz de Apodaca o Lobo y Malagamba sí que se habían hecho su pequeño hueco en la historiografía, pero muchos otros como Siro Fernández, Carlos Íñigo y Gorostiza o José María Halcón se descubren al público a través de esta exposición. Para ello se ha simultaneado el estudio de las piezas y su documentación con los historiales de cada uno de los marinos, con materiales del archivo del Viso del Marqués. También hay objetos pertenecientes a la colección de Isabel II, que la había heredado de su padre Femando VII. En la tercera sala de la exposición se presenta una pequeña selección de piezas directamente relacionadas con acontecimientos históricos, como las Guerras del Opio, la guerra de la Cochinchina, la Batalla de Balanguingui, la guerra Ruso-Japonesa, la Guerra Civil China, etc. Muchas y muy variadas, que además estuvieron en mitad de dichos acontecimientos.

Varios memoriales exhibidos en la exposición estaban destinados a los departamentos de inteligencia de la Marina, al igual que casi todos los materiales de la Comisión Hidrográfica. A esto se suman documentos independientes como el de Anselmo de Yegros, vicario general de la Misión en Singapur, que, entre muchos inventos médicos e industriales, ofrece a la armada información sobre las embarcaciones inglesas en Singapur. Igualmente, los planos secretos de Agote sobre el tránsito entre Macao o Cantón o el memorial sobre la Armada Japonesa de 1897 son ejemplos de cómo, sin tener la orden directa de espionaje, muchos oficiales y afines a la marina colaboran aportando toda clase de información sensible.

EdA: En la exposición se dedica una sección al Apostadero de Cavite… ¿Qué fue este lugar y qué importancia tuvo? ¿Por qué se le ha dedicado una sección?

RV: El Apostadero de Cavite es un cabo en la bahía de Manila, aislado por un puente, justo frente a la ciudad de Manila. Sirvió como uno de los primeros asentamientos en la región y gracias a la protección y calado que presenta se dedicó a la construcción, reparación y muelle de los barcos más importantes en la historia del archipiélago: los que hacían la ruta del “Galeón de Manila”. Con el tiempo se fue convirtiendo en una población cada vez de mayor porte, muy ligada a la armada. Servía asimismo como sede principal de la armada en Asia, además del emplazamiento de la Comisión Hidrográfica en Filipinas.

EdA: También se dedica otra sección al “Gabinete Chinesco”. ¿Qué fue este lugar y para qué se realizó? ¿Qué tipo de objetos se incluían y con qué fines? Suponemos que la propia idea de “chinesco” ya dice mucho sobre las visiones que españoles y occidentales tenían sobre Asia Oriental…

RV: En realidad se presentó como Gabinete Chino, y salvo un par de excepciones, se trataban piezas exclusivamente chinas. Sin embargo, a la hora de hacer las facturas de su reforma el funcionario se refirió a él como “gabinete chinesco”, y de ahí esta denominación. A pesar de lo alegórico que este nombre pudiera suponer, tanto la lista de los objetos como la propia decoración de la sala, pinturas de puertos chinos, pinturas de papel de arroz y palios de mandarines, presenta que había una clara intención de referirse al Celeste Imperio.

EdA: En definitiva, y en pocas palabras: ¿Cómo podría resumirse la relación histórica de la armada española con las naciones asiáticas? ¿Qué queda de esta trayectoria en las relaciones actuales?

RV: Una colección única, tanto por la rareza de sus piezas como por la trascendencia histórica de las mismas. No encontraremos en ella amplias colecciones de piezas de exportación como cerámicas o sedas, sino una gran selección de materiales que se adentran mucho más en las culturas asiáticas, con pleno conocimiento de las mismas, y alejándose de una percepción estética de Oriente, que sí existía en las colecciones privadas de esos mismos marinos. La colección asiática que atesora el museo naval es, en definitiva, una selección muy pormenorizada de aquello que querían mostrar marinos que seguían una tradición de casi cuatrocientos años de presencia española en Asia. El ejemplo de las embajadas de Tailandia o Portugal colaborando activamente en nuestra exposición, entre otras embajadas, muestra que el interés de la armada como elemento de unión entre culturas es más que evidente. Fuera de lo que implica un buque de guerra, hay que tener en cuenta que la presencia de la armada representa al país y es un elemento más diplomático que bélico en la mayor parte de sus funciones. Ejemplo de ello es la trascendencia del 150 aniversario de relaciones de Amistad y Comercio Japón-España que estamos celebrando a lo largo de este año, donde la armada fue clave antes, durante y después del tratado. Lo que ha quedado muy patente en las presentaciones y exposiciones en las que ha colaborado el Museo Naval.

[1] Ramón Vega Piniella es Investigador de la Fundación Museo Naval. Doctorando y antiguo profesor de la Universidad de Oviedo, ha sido merecedor de varias becas de investigación, colaborador en varios proyectos I+D, y realizado varias estancias de investigación. Comisario de varias exposiciones, ya tuvimos ocasión de reseñar, en su momento “Asturianos en el país del Sol Naciente”.

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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