Reseña: “Chicken club” (Milky Way Ediciones)

El erotismo y lo grotesco son dos términos que definen muy bien a la mangaka Asumiko Nakamura, quien parece que está triunfando en España en estos últimos años de la mano de Ediciones Tomodomo y Milky Way Ediciones. Esta última editorial, en 2017 comenzó a publicar la Colección Asumiko Nakamura, un compendio de ocho mangas que reflejan el espíritu del ero guro, el movimiento artístico y literario japonés tan característico de autores como Edogawa Ranpo (1894-1965),[1] y es que es imposible leer La respiración de Copérnico o Chicken club sin que la obra del escritor nipón se te pase por la cabeza.

Efectivamente, Chicken club encaja a la perfección dentro de este terreno, ya que se trata de un conjunto de nueve relatos cuyo único elemento en común es el erotismo. Realmente esto puede parecer extraño si miramos otras obras de la autora como En la misma clase o Antiguos alumnos, dos mangas de temática Boys’ Love donde el erotismo pasa a un segundo o incluso tercer plano; de hecho, una de las pocas características comunes entre unas obras y otras es el especial dibujo que tanto caracteriza a Asumiko Nakamura.

Portada del manga autoconclusivo Chicken club, de Milky Way Ediciones.

Marcapáginas incluido en el manga autoconclusivo Chicken club, de Milky Way Ediciones.

Como se acaba de decir, Chicken club es un manga autoconclusivo que pertenece a la Colección Asumiko Nakamura que está publicando Milky Way Ediciones. En sus nueve relatos, trata temas como el descubrimiento de la sexualidad, los amores imposibles, la fornicación con gallinas, el enamoramiento de una tostada o la búsqueda de “mujeres con tetas y coño”[2]. Pero no hay que tomarse lo que ocurre en estas historias al pie de la letra, sino que en la mayoría de los casos se trata de críticas a la sociedad japonesa, tratando temas tabú como puede ser, de hecho, la sexualidad, el erotismo y la pornografía.

De este modo, no se trata de un manga para todos los públicos, sino que solo se recomienda su lectura a aquellos y a aquellas que tengan una mentalidad abierta en la que las ideas que no son políticamente correctas tengan alguna cabida, algo similar como lo que ocurre en el manga Utopías, de Shun Umezawa.

Pero además de las bellas historias (cada una a su manera) que nos relata la mangaka en esta obra, el dibujo con el que las ilustra no es para nada desmerecedor, pues por si algo es reconocida Asumiko Nakamura es por poseer unas habilidades dibujísticas muy diferentes al del resto de mangakas; tiene un dibujo único que encandila la mirada del espectador de una sola ojeada.

La edición, como de costumbre, es de una calidad inmejorable. Al igual que la historia predecesora, La respiración de Copérnico, la bella edición de Chicken club no deja indiferente a nadie, y es que con tan sólo ver la portada del tomo ya hace que te enamores del manga. Además, la edición de Milky Way Ediciones incluye un marcapáginas en el que aparecen representados los dos personajes principales de la primera historia del tomo.

Imagen de la edición japonesa completa de la Colección Asumiko Nakamura.

Todo esto es lo que hace que Chicken club sea una obra indispensable para los lectores de manga, especialmente para aquellos y aquellas a los que les gustan los temas controvertidos. Milky Way sigue apostando por lo diferente, y eso es algo de agradecer en el panorama de la historieta actual.

Notas:

[1] Las obras de Edogawa Ranpo que se encuentran reseñadas en Ecos de Asia son El extraño caso de la isla panorama, Rampo. La mirada perversa y Los casos del detective Kogoro Akechi.

[2] Nakamura, Asumiko. Chicken club. Oviedo, Milky Way Ediciones, 2018, p. 126.

Daniel Rodríguez (208 Posts)

Profesor de Geografía e Historia. Graduado en Historia del Arte en la Universidad de Oviedo, con un Máster Universitario en Estudios en Asia Oriental cursado en la Universidad de Salamanca y otro Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en la Universidad de Oviedo. Ha trabajado para el Museo Arqueológico de Asturias, la sala de exposiciones LAUDEO, la Universidad de Salamana, Satori Ediciones y la Academia Formación Sagan.