Revista Ecos de Asia

Reseña de la exposición “Tratado de 1868: Los cimientos de la amistad Japón-España. 150 años, 150 libros”

Cartel señalizando la ubicación de la exposición dentro de la Biblioteca María Moliner.

Con el motivo de la conmemoración del ciento cincuenta aniversario de la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre España y Japón, durante estos meses van a celebrarse toda una serie de eventos y exposiciones por la geografía española, que abarcan diferentes aspectos tanto de la cultura nipona como de las relaciones internacionales y de sus consecuencias. En esta ocasión, queremos reseñar una muestra –modesta pero más que interesante tanto para avanzados como para los amantes de la lectura–, que se está llevando a cabo en la Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza.

Aunque, en un principio, las exposiciones bibliográficas puedan echar para atrás a muchos potenciales visitantes, en este caso nos encontramos con una muestra variada, en la que los ciento cincuenta libros que la componen –en honor al numérico aniversario de las relaciones diplomáticas entre España y Japón– se acompañan de paneles plagados de texto e ilustraciones en los que se contextualiza el surgimiento y desarrollo de estos intercambios políticos, económicos y culturales; además, completa la muestra un largo e interesante video sobre los mismos realizado por el gobierno japonés, que se proyecta en una de las paredes de la sala de exposiciones del edificio, en la planta baja de la biblioteca.

Créditos de la exposición

Ejemplo de paneles explicativos que la acompañan

A partir de estos ciento cincuenta títulos, la exposición -organizada por un equipo de varias instituciones–, construye un relato sobre el creciente amor e interés de España por Japón desde que este país abriera sus fronteras, cuando las publicaciones españolas –aunque también hay algún ejemplo editado en otros confines– sobre el país del sol naciente comenzaron a multiplicarse. Con títulos que abarcan desde los primeros años del periodo Meiji (1868-1912) hasta la más reciente actualidad –tanto en ediciones históricas como recientes–, y que pertenecen esencialmente a la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza,[1] se intenta exponer los principales temas vinculados a Japón presentes en los fondos de la Universidad, organizados a partir de vitrinas temáticas.

Así pues, en las dos primeras vitrinas encontramos algunos de los primeros textos realizados en España sobre este “nuevo Japón” Meiji. En ellas aparecen desde textos sobre algunos asuntos ya clásicos (como los martirios cristianos) a otros de carácter industrial y filológico escritos por personalidades de la talla de Enrique Dupuy de Lome, Emilio Castelar o el Conde de la Viñaza. Estos textos comparten vitrina con otras producciones bien conocidas, como En la corte del Mikado: bocetos japoneses (1904), del diplomático Francisco de Reinoso, Dai Nipon (El Japón, 1905), de Antonio García Llansó o el no menos famoso De Marsella a Tokio (1905) de Enrique Gómez Carrillo. También hay espacio para algunos de los aspectos japoneses que más fascinaron en España, como su presencia en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 o la guerra ruso-japonesa (1904-1905). Completan esta sección otras ediciones curiosas, como el cuento Urashima, el pescadillo (1914), traducido directamente del japonés por Gonzalo Jiménez de la Espada, o Teatro Japonés; Yoshitomo; Amor (1930), que contiene una de las primeras traducciones –y además, directas– al castellano de Jun’ichirô Tanizaki, o una versión en castellano de El libro japonés, de “Eugenio” Mouton, además de algunos libros generalistas como los de Voltes y Arrupe, pero también específicos como los de Schütte y Leandro Rubio.

Los diferentes libros y revistas históricos que aparecen tienen un gran interés tanto estético como histórico y documental.

La siguiente pareja de vitrinas está dedicada a la primera generación de japonólogos en España, muchos de ellos ya lamentablemente fallecidos, como Fernando García Gutiérrez, cuya muerte acaeció apenas recién inaugurada la exposición. En este caso, las obras de los ilustres estudiosos y autores están acompañadas de varias fotografías, confiriendo un tono mucho más personal y cercano a esta selección de libros, que demuestra el cariño y admiración de los organizadores de la muestra por toda esta serie de figuras, casi tutelares para muchos de los académicos españoles. Así pues, en estas vitrinas podemos encontrar diferentes libros sobre cultura japonesa de Federico Lanzaco, históricas traducciones y libros sobre literatura de Antonio Cabezas, Jesús González Vallés y Fernando Rodríguez-Izquierdo, así como diferentes libros sobre arte y estética japonesa por parte del mencionado García Gutiérrez.

Sin duda, la vitrina más personal y emotiva de todas, con fotografías de los primeros japonólogos españoles, muchos de ellos ya fallecidos.

A continuación, se encuentran dos vitrinas dedicadas al arte y la cultura japonesa. La primera de ellas, contiene libros sobre el arte y arquitectura de Japón de autores de renombre como Blas Sierra de la Calle, Ramón Rodríguez Llera, Pilar Cabañas o Javier Vives –entre otros–, y la segunda está dedicada a catálogos de diferentes exposiciones de arte japonés, tanto tradicionales como contemporáneo y de producción híbrida–, realizadas entre 1975 y 2014 en diferentes localidades españolas (como Madrid, Barcelona, Las Palmas, Bilbao, o, incluso, Calatayud).

Como puede apreciarse, la selección es más que variada.

Las dos vitrinas centrales están dedicadas a disciplinas tan interesantes como la Historia y el Cine de Japón. En la dedicada al séptimo arte aparecen tanto libros que abordan temáticas transversales de esta disciplina (como el de nuestra colaboradora Carolina Plou, Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón), como libros monográficos sobre cineastas como Yasujirô Ozu, Takeshi Kitano o Akira Kurosawa, así como varias películas de este último. En lo que concierne a la vitrina dedicada a la Historia, aparecen tanto libros dedicados a los primeros momentos de contacto entre españoles y japoneses durante la Edad Moderna –obras de Takizawa, Lisón, Suárez Japón…– como a la historia estrictamente contemporáneo, destacando entre estos Franco y el imperio japonés (2002), de Florentino Rodao, uno de los encargados de la exposición y el encargado de impartir una conferencia sobre el mismo tema en esta Semana Cultural Japonesa. Además, aparecen también varios libros de carácter transversal firmados por autores de la talla de Alfonso Falero o de Fernando Cid Lucas –ocasional colaborador de esta revista–.

En otra vitrina aparecen varios libros dedicados al Derecho japonés y a sus relaciones internacionales, temas con los que la Universidad de Zaragoza guarda una estrecha relación, al ser la sede del Grupo de Investigación Japón, capitaneado por Carmen Tirado, autora y/o coordinadora de muchas de las publicaciones mostradas. Otras muchas aparecen firmadas por Francisco Barberán, también jurista, y profesor y traductor de lengua japonesa en esta universidad, célebre por su edición bilingüe del Código civil japonés (2006), también incluido en la muestra. Completan la vitrina otros libros sobre el sistema jurídico y social japonés, así como su presencia en las relaciones internacionales, especialmente en el marco del Pacífico.

La lengua y la literatura japonesa ocupan varias vitrinas.

También en la exposición hay lugar para los libros dedicados a la lengua y la literatura japonesa. Así pues, en una vitrina podremos encontrar varias obras dedicadas a su lengua, incluyendo desde ejemplares más técnicos como manuales y diccionarios –como el reciente Sakura, de Satori–, pero también apuestas más particulares como, el Japonés en viñetas: curso básico de Japón a través del manga (2014), de Marc Bernabé, o incluso algunos libros ya históricos, como el Cosas de Japón: apuntes y notas del Japón tradicional, de Basil Chamberlain. La presencia de Carlos Rubio –autor de Claves y textos de la literatura japonesa: una introducción (2007), también incluido en la muestra– es más que perceptible en la elección de los diferentes ejemplares de literatura japonesa en castellano que completan la vitrina. Así pues, en esta misma sección podremos encontrar algunas ediciones recientes en castellano de textos clásicos japoneses, como el Kojiki, El cuento del cortador de bambú, Genji Monogatari, El libro de la almohada o El libro del té –entre mucho otros–, o bien obras de algunos de los autores que protagonizaron el gran cambio de la literatura japonesa durante los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, como  Lafcadio Hearn, Natsume Sôseki, Kenji Miyazawa, Jun’ichirô Tanizaki, Ôgai Mori, pero también de clásicos modernos como Yukio Mishima, Kenzaburô Ôe o Haruki Murakami.

Como no podría ser de otra manera, las dos vitrinas principales de la exposición están dedicadas a la presencia del arte y la cultura de Japón en la Universidad de Zaragoza, tantas veces mencionada y cuya ingente producción literaria parece no tener fin. Aunque encabeza la vitrina el poco conocido y pionero libro Teatro y danza en el Japón (1953), de Vicenta J. Arnal, el grueso del espacio está ocupado por los diferentes volúmenes editados por las Prensas de la Universidad de Zaragoza dentro de la Colección Federico Torralba –pionero en este campo en Aragón y coordinador del primer volumen– de Estudios de Asia Oriental. Aunque la mayoría de ellos están coordinados por Barlés y Almazán, aparecen también ejemplares coordinados por investigadores ya mencionados, como Lanzaco o Tirado. En mucho de estos gruesos volúmenes –pues sería injusto no nombrarlos–, aparecen también textos de muchos colaboradores de Ecos de Asia, quienes al margen de sus colaboraciones mantienen y/o mantuvieron una interesante producción académica. Quizás por ello, y resultando una gran sorpresa, los organizadores decidieran incluir a la revista Ecos de Asia dentro de esta misma sección, puesto que, como se ha mencionado en más de una ocasión, esta surgió de la idea de dos doctorandas de esta Universidad de Zaragoza, a las que se unieron toda una serie de colaboradores que en un primer momento estuvieron vinculados –en su mayoría– el ámbito aragonés.

Muchas de las obras producidas en la estela de Federico Torralba.

Tambien hay lugar en la exposición para las producciones más recientes, incluida una breve mención para Ecos de Asia y la exposición que realizamos hace unos años en ese mismo espacio. Además, la vitrina se completa con obra de origami del afamado Akira Yoshizawa, que pertenecen a la colección de la Biblioteca.

Completan las vitrinas otras obras relacionadas con la tantas veces mencionada colección Torralba-Fortún, amén de diversos catálogos de exposiciones sobre arte y cultura japonesa organizadas por Barlés, Almazán y Yayoi Kawamura, otra de sus colaboradoras habituales. Por último, junto al número de Artigrama. Revista del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza dedicado a las colecciones de arte extremo oriental en España, aparecen también otros libros monográficos realizados por investigadores vinculados a esta universidad, como Sergio Navarro, Belén Pérez, Muriel Gómez, Manuel Hernández-Pérez, nuestra también colaboradora Irene Starace o los tantas veces mencionados Barlés y Almazán.

En definitiva, y aunque se observa cierta tendencia “endogámica” en la selección de los títulos (lógica si tenemos en cuenta que pertenecen a los fondos de la universidad), esta exposición constituye una suculenta invitación a la lectura, interesante para avanzados (pues cuenta con ejemplares muy poco conocidos), pero lo suficientemente vistosa para atraer al público general. La única pega, es que los interesados no poder llevarse los libros prestados hasta el fin de la exposición, es decir, hasta el 30 de junio.

 

Notas:

[1] Existen otros ejemplares que pertenecen a colecciones particulares.

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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